sábado, 7 de mayo de 2022

Juan José

 La primera mitad de los años 60 del siglo xx fue la época de los llamados “niños prodigio”, criaturas excepcionalmente dotadas para el canto que también fueron estrellas cinematográficas, convenientemente explotadas por la industria española del entretenimiento hasta que se hicieron mayores.


A los monumentales éxitos de Joselito y Marisol, que grabaron sus primeros discos en 1958 y 1960 respectivamente (mientras en Francia se lanzaba en 1958 a la gran Rosita Mortera, hija de emigrantes españoles), siguieron los lanzamientos de los niños Angelito Pachín (1961), Pedro Mari (1962), Santitos (1963) y Fernandito (que cantaba solo en gallego, en 1964), y de las niñas Maleni Castro (1961), Rocío Dúrcal (1962), Morucha (1962), Estrellita (1962), María Cinta (1963), Ana Belén (1964), Alicia Granados (1964), Angelines Saiz (1966) y Mónica (1967). 

El cantante Juan José surgió precisamente de este caldo de cultivo, aunque su trayectoria haya dejado una impronta bastante menor que las de sus colegas más exitosos: los únicos datos que hemos podido encontrar sobre su biografía proceden en su práctica totalidad de las contraportadas de sus discos.

Juan José se llamaba en realidad Antonio Mingorance y comenzó en el mundo de la canción con apenas 10 años, en 1961, tras ser descubierto por el empresario artístico, locutor y rapsoda Ricardo Ardévol (1926-2017), que fue representante de Mary  Santpere, Cassen y los Hemanos Calatrava, entre muchas otras actividades vinculadas al mundo del espectáculo. Dedicado por completo al flamenco y a la canción española en su primera etapa, fue una especie de nuevo Joselito, que en vez de proceder de Andalucía surgió en Cataluña, ya que era originario de San Carlos de la Rápita en la provincia de Tarragona, de donde también procedía su descubridor Ricardo, nacido en Falset y formado en Reus.


Sus primeros pasos profesionales estuvieron vinculados a la productora cinematográfica IFISA, de Barcelona, con la que rodó dos películas musicales, Las travesuras de Morucha (Ignacio F. Iquino, 1962) y Un demonio con Ángel (Miguel Lluch, 1963), acompañado por dos niñas cantantes y actrices: Morucha en la primera y Maribel Ayuso en la segunda. Ambas películas fueron objeto de una amplia promoción que incluyó la edición de tres discos (EPs) con las canciones de sus respectivas bandas sonoras. En la contraportada de uno de éstos, perteneciente a la primera película, se cita la edad de Juan José (11 años) en un párrafo sobre su origen artístico que subraya el paralelismo con Joselito: un día entró en la taberna de su pueblo y se puso a cantar. Luego pasó la gorra. Lo hizo un poco por juego y un mucho por hambre. Lágrimas y asombro produjeron su espontánea actuación. De allí al triunfo… Un paso.
















En paralelo con el rodaje de su segunda película, Juan José firmó un contrato para actuar en Venezuela, a donde viajó en 1963 junto a su manager y tutor. En Caracas se convirtió inmediatamente en estrella de la radio y la televisión, hizo giras por varios países del entorno (llegó a ser muy popular en Puerto Rico) y hasta rodó una nueva película, Pequeño milagro, dirigida por Juan Corona, que se estrenó en 1964. La aventura americana incluyó la grabación de un flamante LP, Juan José, al parecer grabado en Lima (Perú) con la orquesta de Enrique Lynch, fechado en 1963, también conocido por el título de su primer tema, Copla y oración, que fue publicado en distintas versiones en Perú, Venezuela y Colombia (con sus correspondientes singles) por los sellos Vene-Vox y Sono-Radio, en España por el sello Montilla, e incluso en los Estados Unidos, con el título This Is Juan José, por CBS. 


El disco estaba monográficamente ocupado por canciones de copla y flamenco, algunas procedentes de sus películas españolas pero grabadas de nuevo, junto con una sola concesión a los ritmos modernos, el tema Chiquilla Twist, igualmente vinculado a su actividad cinematográfica española, pues se trataba de un tema firmado por Ignacio F. Iquino y Enrique Escobar, máximos responsables del sello IFISA, con el que Juanjosito había grabado sus peliculas y discos. Como curiosidad, el mismo tema Chiquilla Twist fue publicado también en España, con idénticas bases musicales (de la orquesta de peruana de Lynch) por la muy desconocida flamenca ye yé Carmela Sierra, en un rarísimo EP de 1964 publicado por el propio sello IFISA. Por suerte la Chiquilla twist de Juanjito está disponible en internet:


Y les pongo también la portada del Ep de Carmela Sierra quelleva el mismo tema:




En Youtube (https://www.youtube.com/watch?v=o-m8JteT8Dc) se cuenta que entra 1964 y 1965 Juan José vivió en Argentina pero no pudo seguir cantando porque, a causa de haberse desgañitado tantas veces en los escenarios, se quedó sin voz, hasta que un doctor llamado Elkin logró afinarle las cuerdas vocales. Momento que aprovechó para volver a España, con la intención de dar un giro a su trayectoria artística. 

El primer testimonio de su retorno fue un EP para Belter, fechado en 1966, con cuatro canciones que tenían poco que ver con su pasado flamenco y mucho más con el ye-yé. Incluía Me has enamorado, tema firmado por el célebre cantante Alberto Cortez; La espera, balada con la que concurrió al Primer Festival de la Canción del Atlántico, celebrado en 1966 en Puerto de la Cruz (Tenerife), donde obtuvo un nada despreciable tercer premio; Oso corredor, una excelente versión de Running Bear, tema llevado a la fama por Johnny Preston en 1960, objeto de numerosas versiones posteriores, sobre una historia de amor entre una india y un indio nativos americanos; y Que lo pases bien, firmado por el cantante Torrebruno, un fantástico número ye-yé, mucho más logrado que las versiones del mismo grabadas por Rosalía (en 1965) y el propio Torrebruno (en 1968). 

La portada del disco mostraba todavía a un Juan José de aspecto aniñado –contaba entonces 15 o 16 años-, aunque su  poderosa y afinada voz acusaba ya el cambio a la pubertad, una transformación paralela a su cambio de estilo. 



Aquí tienen su versión de Que lo pases bien, con ritmo sincopado y un órgano de lo más juguetón;






Al año siguiente Juan José confirmó su interés por integrarse plenamente en el pop (algo que también intentaba por entonces Joselito), apareciendo con imagen bien moderna al frente de un conjunto (Los Xingus) y además promocionando un nuevo baile de moda. El baile se llamaba Stop-Op y había sido inventado en 1966 en Francia por Aimé Barelli, aunque sin obtener demasiada repercusión en Europa, ni siquiera en su propio país. Juan José lo introdujo en España coincidiendo con los lanzamientos de otros dos enloquecidos bailes: el Bicycle por Alex Marco, y el Copito de nieve por Alfredo. Se puede pensar que el Stop-Op era la última bobada para mover el esqueleto surgida en las discotecas europeas, pero la verdad es que el invento no carecía de gracia, sobre todo en la interpretación de Juan José y sus Xingus. Cancioncillas melodiosas surcadas por periódicos silencios (los stops), aderezadas con organillo y vientos, con un aire encantador, más dulce al menos que la versión instrumental del Stop-Op grabada por Rudy Ventura, su principal competidor en la difusión del baile galo.













El cambio de rumbo debió implicar también un cambio de residencia, ya que a partir de 1967 Juan José grabó para el sello independiente madrileño Sintonía. Con este publicó dos canciones stop, en formato single y también en un EP, que se completaba con otros dos temas que, frente a todo pronóstico, eran versiones de canciones cinematográficas: el clásico I Got Rythm de Gershwin, originaria de Broadway y popularizada mundialmente por su inclusión en la banda sonora de Un americano en París  (1951) –aunque también por grabarla The Happenings en 1967-; y el tema principal de la película Grand Prix (1966). Versiones ambiciosas para las que la garganta de Juan José –y también las gargantas de Los Xingus- estaban sobradamente preparadas.


Estas grabaciones, poco comerciales y publicadas por un sello independiente con escasa distribución, no debieron tener la más mínima repercusión en cuanto a ventas o fama, por lo que Juan José intentaría recuperarse al año siguiente sucumbiendo a esa fatal tentación tan contraria al ye-yé: la balada romántica festivalera. Teniendo en cuenta que en 1966 había quedado tercero en el I Festival de la Canción del Atlántico, se presentó en 1968 a otros dos festivales: el de la Canción de la Costa del Sol y el de la Canción de Ultramar, ambos en sus primeras ediciones, sin lograr nada más allá que un “premio especial de la crítica” en el segundo de ellos. Que, dicho sea de paso, fue un festival amañado (véase entrada relativa a Alfredo de Palencia). El sello Espectra, derivación de Sintonía en 1968, se encargó de publicar dos singles con las cuatro canciones concursantes, dando lugar a dos discos bastante aburridos, que nuevamente cerraban un ciclo en la carrera de Juan José. Tanto, que el cantante pareció abandonar la música. Se desconocen otras grabaciones posteriores suyas hasta el LP Yo soy la rumba Flamenca, publicado en 1975 en Perú por el sello Sono-Radio, lo que demuestra que en los años70 lo intentó de nuevo, retornando a los países y a los estilos que más réditos le habían dado en los 60.
















Los pocos enlaces de internet que dedican alguna atención a Juan José, le confunden con otros artistas del mismo nombre que estuvieron activos en los años 70. Un Juan José y sus guitarras, que era bastante mayor que él; otro Juan José, cantante de rumba gitano, que grabó para Columbia; y un José Juan, cantautor extremeño producido por Fernando Arbex, que grabó para Pax y RCA. 







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