sábado, 7 de mayo de 2022

Alfredo (de Palencia)

 

Alfredo, nacido en 1941, fue cantante activo a mediados de los años 60, período en que grabó al menos tres discos: dos EPs para el sello Columbia, fechados en 1963 y 1965, y un single para BCD, fechado en 1968. En total diez canciones, todas ellas compuestas y arregladas por un mismo autor, Rafael Royo Abril, que además era director de la orquesta que acompañó al cantante en todas sus grabaciones. 

Hemos encontrado una breve referencia sobre este compositor que falleció en 2007, a los 70 años de edad (nacido en 1937), en la que se dice que nació en Palencia, donde regentaba un negocio familiar -una imprenta- que le impidió dedicarse por completo a la música, y que tenía un hermano llamado Alfredo. Puede verse aquí: 

http://www.elnortedecastilla.es/v/20110412/palencia/rafael-royo-rotario-melomano-20110412.html

Da la impresión, por tanto, de que el compositor Rafael Royo era el hermano mayor del cantante Alfredo, como indica que ambos estén indisolublemente ligados en los tres discos, a pesar de haber sido editados por sellos distintos. Así lo indica también que Alfredo sea de la misma ciudad que Rafael, ya que en su tercer disco se rebautiza como Alfredo de Palencia, sin duda en referencia a su lugar de origen y también para distinguirse del otro Alfredo, cantante melódico y ye-yé, este originario de Bilbao, que desarrolló una amplia actividad discográfica y musical -con el sello Philips- hacia 1964-1973.   





















Los dos primeros EPs de Alfredo testimonian el buen hacer de la orquesta de Rafael Royo, que aborda de manera impecable estilos como el fox, el surf, el swing, el twist o la bossa nova, con un sonido lleno de colores y de esmerados arreglos, en los que predomina la sección de viento. Siempre acompañando la "espléndida voz grave aterciopelada" de Alfredo, calificada de ese modo (y con razón) en la contraportada de su segundo disco. Destaca en éste el surf ¿Quieres ser mi novia?, luminoso, alegre, discretamente ye-yé, con una temática bien propia del género: la declaración de amor de un chico a una chica, en medio de un jardín, donde "los olmos de la alameda, los rosales en flor, las acacias y los sauces, presenciaron tu rubor". 

Después de este disco de 1965 perdemos la pista a Alfredo y a Rafael hasta el mes de septiembre del año 1968, en que ambos concursaron en el Primer Festival de la Canción de Ultramar, que intentaba instaurar en la ciudad de Melilla un certamen similar a los que ya se venían realizando anualmente en Benidorm, Barcelona, Aranda de Duero, Orense y Puerto de la Cruz. El evento convocó un interesante elenco de cantantes, entre los que destacamos a Eva, Adolfo de Ancos, Robert Jeantal, Manuel Davilla y Juan José, que compartían con Alfredo un pasado más o menos ye-yé.

El festival fue oficialmente ganado por la canción Giovanna, escrita por Fina de Calderón, poetisa aristócrata que incansablemente concurrió a todos los festivales habidos y por haber -hay constancia de ello en su libro Mis canciones festivaleras de los años 60- sin lograr alcanzar nunca el primer premio, con la única excepción de este festival de Melilla, cuya victoria fue al parecer amañada con muy malas artes, según se cuenta en el siguiente enlace:

http://www.guateque.net/1festivalcancionultramar.htm

El caso es que se desconoce qué cantante pudo interpretar este tema, que inicialmente no figuraba entre los concurrentes. La compositora Fina de Calderón se sirvió siempre de artistas de primera fila para defender sus canciones en los festivales, incluyendo a Alberto Cortez, Marty Cosens, Mirla, Francisco Valverde, Francisco Heredero, Frida Boccara... Pero ni por esas. Sabemos tan sólo que esta canción, Giovanna, había sido interpretada con anterioridad por el gran Tony Obrador, ya que ocupa la cara B de un single suyo de 1966. Y sabemos también que es otra de las canciones melodramáticas que de manera invariable acostumbró a componer esta autora, porque Fina de Calderón no era nada ye-yé.



Igualmente se desconoce la canción que ganó el segundo premio del festival. Tan solo hemos podido averiguar que una de ellas, Ventanas abiertas, interpretada por otro de nuestros cantantes favoritos, Juan José, recibió el "Premio Especial de la Crítica" (véase la entrada relativa a este cantante), lo que podría apuntar una vez más a la actuación irregular del jurado.

Lo que sí que sabemos es que el tercer premio (¿debería haber sido en realidad el primero?) fue otorgado a nuestro Alfredo, que concurrió con las canciones Mi barca de pescador y Un mundo ye yé, ambas compuestas como era habitual por su (presunto) hermano. Canciones que fueron grabadas y editadas en un EP por el microsello BCD, en cuya portada se anunciaba (sólo en algunas copias) el asunto festivalero, aunque sin explicitar cual de esas dos canciones había sido la premiada. Para nosotros, hoy día, no hay duda: gana, y con mucha ventaja, el tema de la cara B, Un mundo ye yé, que perpetúa el sonido característico de la orquesta de Rafael Royo, esta vez con una letra de carácter reivindicativo en plan sátira suave, que se apuntaba a la moda de la canción protesta defendiendo a la juventud frente al mundo de los adultos, y promulgando la difusión del amor y la paz a escala universal. Una una revolución amable, que correspondía realizar a los jóvenes. Temática muy propia de aquel momento, cuando los temas del victimismo juvenil, la oposición a los adultos y el pacifismo ocuparon numerosas canciones en el mundo pop, particularmente entre las bandas de garage, pero no sólo, ya que fueron temas clave entre las canciones que concurrieron, por ejemplo, a los Festivales de San Remo 66 y de Benidorm 67. Sólo en el pop español, esta canción encuentra paralelos en temas grabados hacia 1967-69 por Albert Band, Colonel Pipo, Adolfo Ventas, el Dúo Dinámico, Luciana Wolf, Los Pasos, Sylvia Nelson, Ellas o Las Cuatro Monedas.























Gracias, Alfredo de Palencia y Rafael Royo por confiar en que algún día podamos instaurar el Paraíso en la Tierra. Nosotros también queremos un mundo ye-yé. Abrazos cordiales para todo el universo y más allá.








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