jueves, 6 de enero de 2022

Rachel

Debemos a Julián Molero y a su ambicioso blog de investigación La Fonoteca, que lleva camino de convertirse en toda una enciclopedia del pop español, el nombre completo de esta cantante, que se llamaba en realidad María del Carmen González Artime y era asturiana de Gijón, nacida en 1948.

Y sabemos por la contraportada de su primer single, publicado en 1966, que sus primeros pasos artísticos no fueron en el mundo de la canción sino en el del baile. Gracias a un viaje realizado a Madrid cuando aún era niña junto a su grupo de danzas, se descubrió que el verdadero potencial de Mari Carmen no estaba en realidad en el baile sino en el canto, lo que la impulsó a formarse en los estudios de los maestros Gordillo y Algueró, saltando después a la radio por medio de José Luis Pecker y su Cabalgata de fin de semana.  E incluso realizando algunas incursiones en la televisión y en el cine, ya que interpretó dos canciones para la película de culto El vendedor de Ilusiones, rodada en 1966 por José María Zabalza, protagonizada por los también cantantes Marta Baizán y Tony Escudero, que no fue estrenada hasta 1971.

Como tantos otros cantantes de su generación fluctuó entre la canción melódica romántica y la onda ye yé, ya desde su primer single, que publicó con el sello Tempo en 1966, cuando contaba 18 primaveras, con el seudónimo Rachel Rey. Bajo la dirección musical del maestro Gregorio García Segura tanteó sus posibilidades interpretando una versión del tema central de la película Un hombre y una mujer (Claude Lelouch, 1966) y un tema más rítmico en la cara B, Eva, que adaptaba la canción del mismo título del francés Frank Alamo.

Al año siguiente firmó contrato con la discográfica Columbia y acortó su nombre artístico, quedándose en Rachel a secas, para grabar un nuevo single y dos EPs, todos fechados en 1967. Si bien, curiosamente, algunas copias promocionales de su primer EP (el de Sor ye yé), distribuidas sin portada, llevan todavía el nombre de Rachel Rey.

La discreta actitud que la cantante muestra en las portadas de sus discos para Columbia, retratándose en segundo plano, semi-oculta por la vegetación, o bien con una foto de estudio de aire anticuado, más parece propia de una cantante melódica que de una rompedora chica beat. Y esto es cierto para el single, que contiene dos canciones romanticonas, Y vuelvo sola y Nuestro verano, en nuestra opinión infumables; sin embargo, los EPs llevan soberbios números ye yé y soul que no dudamos en calificar de obras maestras, por las que Rachel se merece un puesto destacado en la breve historia del ye yé autóctono.


Ambos EPs llevan ocho canciones escritas y arregladas por  Manuel Alejandro, compositor de moda en aquel momento, que además de ser el principal motor del éxito de Raphael proporcionó numerosas perlas pop a otros artistas (Mirla Castellanos, The Presidents, Nihara, Luisa María Güell, etc.), contando con su propio sello independiente, Penélope Discos, y con su propia orquesta, con la que también grabó estupendos discos de música instrumental… Que son sólo algunas de sus hazañas en los años 60, cuando apenas estaba comenzando su carrera.

Estas ocho canciones de Manuel Alejandro grabadas por Rachel pertenecen a la banda sonora de la película musical Sor ye yé, co-producción hispano-mexicana estrenada en 1968, dirigida por Roberto Fernández, que narra las peripecias de una chica moderna metida a monja, que acaba actuando en el Festival de San Remo con el fin de recaudar fondos para el hospital de niños donde profesa. Es decir, son canciones que también grabaron los actores y cantantes mexicanos que intervinieron en el filme: los protagonistas Enrique Guzmán y Hilda Aguirre, la cantante Estela Nuñez, que es la voz real en la mayor parte de las canciones interpretadas en el filme por la Aguirre, y el conjunto Los Yaki. Artistas que igualmente grabaron bajo la batuta de Manuel Alejandro, aunque con bases musicales distintas a las utilizadas por Rachel.

Un entretenimiento de lo mas divertido puede ser ponerse a comparar las múltiples versiones que se grabaron de estos temas. Si lo hacen, seguramente coincidirán con nosotros en que las grabaciones de Rachel brillan con luz propia: tienen una instrumentación extraordinariamente colorida, se nota que fueron grabadas con equipos de lujo, y están interpretadas por una garganta prodigiosa. Porque Rachel ya había demostrado que cantaba muy, muy bien; es obvio que un encargo de estas características no podría haberse realizado a la ligera.



































Del primer EP de Rachel destacamos su versión de Sor ye yé, pop lujoso de tintes devocionales que casa muy bien con las no pocas canciones de pop religioso que se grabaron en España alrededor de 1967: Oración 68 de Ricardo Ceratto, también grabada por Alicia Granados;  Una oración, por Alfredo y Los Catinos; Así rezamos hoy, versión moderna del himno Salve Regina, a cargo de Los Yacks; En el reino de Dios por Los 4 Ros; las numerosas versiones del hit cristiano Dominique, grabadas por Gelu o Mirla Castellanos… o el Ave María de Raphael, esta última canción escrita por el propio Manuel Alejandro.

Curiosamente en México la canción Sor ye yé fue grabada sólo por hombres: Enrique Guzmán, con una versión incluida en el LP que recoge la banda sonora del filme, y Los Yaki, poderosa banda de garage, dueña de una amplia discografía entre 1966 y 1969, que lo interpretan en la película y también lo incluyeron en varios discos. Su versión es puro Xian Garage Beat, con unas armonías vocales que quitan el hipo.

Otro tema de Rachel que nos encanta es la colorista y alegre Adivina adivinanza, que en la película es interpretada por Hilda Aguirre (la monja protagonista) con los niños del hospital, durante una visita nocturna, para disgusto de sus superioras. Tema que Rachel grabó en colaboración con un coro infantil, Colegio de las Divinas Infantitas para más señas. 

Del segundo EP nos quedamos con No vale la pena, que nos parece un temazo beat, cuya letra, relativa a la disciplina que impera en el convento que acoge a sor yeyé, resulta un tanto incomprensible si uno no sabe que pertenece al guión de una película. Algo que no se avisa en el segundo EP de Rachel. Aquí pueden escucharla:



Y aquí, la versión que grabó Estela Nuñez, interpretada en el filme por Hilda Aguirre:




El segundo EP de Rachel contiene también el trallazo soul Canción del Ave María, de nuevo un tema con temática devocional, verdadero Shake Cristiano, en el que la cantante lo da todo, con una entrega y unos juegos vocales realmente estremecedores. Escuchenlo por favor: 



Y aqui la versión incluída en la pelicula:




Con estas grabaciones de 1967 Rachel pondría punto y final a su incursión, un tanto casual, en la moda ye yé. 

Tras dos años sin grabar, retomaría su carrera artística como cantante melódica y romántica entre 1970 y 1975, publicando media decena de singles lujosamente producidos con el sello Hispavox. A esta segunda estapa, en la que logró cierto éxito en España y en América, pertenece esta foto:



Pero además se conocen otras grabaciones de Rachel, publicadas por el infra-sello madrileño BCD a principios de los años 70. Son con toda probabilidad testimonio de sus labores profesionales habituales: la mujer debió dedicarse a hacer bolos en salas de fiesta a base de cumbias, pasodobles y lo que se terciara, al frente de la Orquesta Los Magníficos y Marbel. Una de estas canciones se titula Amor ye yé, pero es un ye-yé de orquestina de serie B, grabado, además, cuando el estilo ya se había pasado de moda. Aunque es precisamente esa calidad infra la que lo hace arrebatador.

Se ve que Los Magníficos y Marbel quisieron sacar partido de su colaboración con tan ilustre cantante, ya que editaron hasta tres EPs con la cara de Rachel: el primero, de 1971, en dos ediciones (con diferente color de portada) y otro más de 1972, en el que, pásmense, la voz de la cantante brilla por su ausencia, ya que sólo lleva temas instrumentales.



Gracias amiga ye yé. Tenías una voz milagrosa, tus temas devocionales me siguen transportando a las regiones celestiales. 





Tania Velia

 



La verdad es que fue un verdadero lujo. Que la escena española de los años 60 acogiera la carrera musical de la insigne Tania. Porque fue en nuestro país donde grabó casi todos sus discos. Una faceta, la de cantante, que añadía a su ya entonces dilatada carrera profesional: Tania se había formado simultáneamente como aparejadora y como actriz, había sido nadadora olímpica, profesora de danza, modelo de Playboy, miss Yugoslavia y actriz de Hollywood, entre otras cosas, porque también hablaba 5 idiomas; todo ello antes de establecerse en España y de aprender además el castellano. Los textos incluidos en un par de discos suyos señalan que era de origen croata, nacida en Zagreb, con padres originarios, además, de la  costa Dálmata, si bien en la red se ha popularizado la noticia de que era oriunda de Sipske, Moravice, actual Bosnia-Herzegovina... No hay duda, en cualquier caso, de que nació en algún lugar de la entonces República Federativa Socialista de Yugoslavia, alrededor de 1935.

En su primera juventud, hacia los 20 años, tuvo la ocasión de cruzar el telón de acero para participar en una competición de natación en Viena, lo que aprovechó para no regresar a su país e intentar hacer realidad su sueño: convertirse en actriz de Hollywood. Y lo cierto es que lo consiguió: emigró a Estados Unidos, donde fue acogida como refugiada y no tardó en obtener la nacionalidad norteamericana. Tras desempeñar diversos oficios, consiguió importantes papeles en unos en unos cuantos filmes, rodados en la meca del cine, entre 1958 y 1961; filmografía que puede observarse en el siguiente enlace:

Trabajó también para la televisión y el teatro, en comedias musicales de Broadway, viajó actuando por Canadá, Venezuela, Cuba y otros países de América hasta que, a principios de los años 60, la nostalgia le impulsó a volver a su Yugoslavia natal. Fue en ese momento, durante su retorno a Europa, cuando aterrizó casualmente en nuestro país. En una entrevista publicada por la fotonovela Rompeolas (nº 2, marzo de 1967) contaba cómo había llegado: estando en Viena, la contrataron para intervenir en un par de programas de la televisión española. Llegó, vió... y le gustó. Además, el cantante Torrebruno la convenció para quedarse, iniciando junto a él una gira de actuaciones.

Primer Ep, 1963
Segundo EP, 1963
Precisamente fue Torrebruno, que entonces era una estrella al alza del pop español, el autor de Una vez más, la primera canción del primer EP de Tania en España, publicado por Zafiro en 1963, con cuatro estándares musicales que nos parecen un tanto insulsos, a los que la cantante pone voz con un fuerte acento extranjero. A este siguió un segundo EP, todavia en 1963, que incluía cuatro boleros sudamericanos, sin duda bien conocidos e interpretados por Tania durante sus giras por América, cantados en español pero todavía con el mismo fuerte acento extranjero.

Tras estos ensayos preliminares, con su tercer disco en España, también editado por Zafiro, en 1965, Tania ya brillaba como una auténtica chica ye yé autóctona, trayéndonos un rítmico número del cantante argentino Beto Fernan, titulado Ahora sí; y realizando una magistral versión de Every Day I Have To Cry Some, tema compuesto por el soulman Arthur Alexander, que sigue de cerca la versión grabada en 1964 por la inglesa Dusty Springfield, con el título de Llorando vivo cada día. Que son los dos temas que más nos gustan de este EP, del que se extrajeron dos singles.


Tercer EP, 1965
























1965

Todo indica que Tania seguia viajando constantemente en esa época, alternando estancias en España, Yugoslavia y sin duda los Estados Unidos (era ciudadana norteamericana), donde mantenía el alquiler de un apartamento en el que conservaba sus pertenencias, según confesó en la citada entrevista de 1967. Prueba de ello es el EP que publicó en 1965 para el sello Jugoton en Yugoslavia, que en realidad es reedición de su segundo disco en España, el de los boleros sudamericanos, que al parecer volvió a grabar alternando fragmentos cantados en castellano con otros en su lengua natal. 

Tras la aventura con Zafiro (y probablemente a la vuelta de algún viaje) Tania cambió de casa discográfica firmando con Belter, que le publicaría otros dos Eps en 1966 y un single de despedida en 1969. También en estos discos nos legó unas cuantas gemas, a destacar: Dónde están las llaves, que no es el conocido tema infantil sino una canción ye yé escrita por Regueiro / San Antonio con arreglos de C. Mapel (seudónimo de Augusto Algueró), con un teclado absolutamente juguetón;  una versión del I Got You Babe de Sony & Cher, traducida lógicamente como Ya te tengo; y, cómo no, su flamante versión de Les Cornichons, el divertido tema de Nino Ferrer, es decir, Los Pepinillos, una delicia optimista con punto friki dedicada a un picnic campestre y a las viandas que allí se consumen.


Rompeolas, 1967
Esto también vale para el picnic, chics
























1966

1966

Fiel a la evolución natural del pop acontecida durante los últimos años 60, el último single que Tania Velia publicó en España contiene un interesante tema en la onda barroca y popsike, Adios amor, con clavicordio y sobreproducción orquestal.

1969

Tania no sólo fue un pilar del yeyé español, también contribuyó al yeyé de su tierra natal con un segundo disco para Jugoton, publicado en 1969, que incluía una versión del clásico de los Seekers Georgy Girl, cantado en servo-croata, y una portada muy en la onda.

1969

A partir de aquí perdemos la pista de la bella Tania. Ni rastro de su actividad posterior. Habrá que buscar por España, Estados Unidos y Croacia, entre otros muchísimos lugares donde podría residir. Te mandamos un beso muy grande. A continuación pueden disfrutar de sus llaves, sus pepinillos y su Georgy Girl.







Olympia

 

Imposible, como es habitual, conocer la identidad de esta adchyy (adorable chica ye yé) que se movió en el mundo del espectáculo hacia 1964-1966 bajo el seudónimo artístico de Olympia. Sabemos al menos que fue una cantante castellana de pura raza, natural de Segovia, nacida en 1947, que comenzó a cantar ante el público los 12 años, que se sacó el carné de cantante profesional a los 17, que fue promocionada por la TV, que aparcó sus estudios de secretaria para dedicarse a la canción, que estuvo actuando en Portugal, que también pintaba y que fue actriz secundaria en algunas películas. Y que era muy inteligente. Estos datos vienen en la contraportada de su cuarto EP (Olympia en Benidorm, 1965), donde también se nos dice que sus aficiones favoritas eran, agárrense, los libros y la meditación. Qué lista y qué adelantada, hay que ver.


En enero de 1964 fue contratada por Fonogram S.A. para grabar con el sello Polydor, con el que publicó cuatro EPs entre ese año y el siguiente, aunque nos dejó otro EP más de propina en 1966, que fue publicado por Marfer. Lo que significa que fue compañera de sello de las chicas Angela, Eva, Franciska y Yalina (que grabaron para Polydor) y también de Blanca Aurora y de Renata (que grabaron para Marfer).

Demostró ser tan buena y tan profesional con sus dos primeros discos, que fue seleccionada para participar en el Festival de la Canción de Benidorm de 1965. Y como era recia castellana curtida en Portugal, también participó en el Festival Hispano-Portugués de la Canción de Aranda de Duero de 1966. Eventos que tuvieron una plasmación directa en dos de sus EPs.

Su repertorio estuvo compuesto por estándares de la era ye yé. Muchos de origen italiano, entre los que nos encantan Por fin salimos el domingo (Gianni Morandi), que también fue interpretado por Francesca; Mi desengaño (Fausto Mola), también grabado por Maika y Silvana Velasco; y Prima o Poi (Remo Germani), también grabado en castellano por Silvana Velasco, Los Mustang, Licia, o Ennio Sangiusto. 

Además, junto con Licia, Nuri o la Hermanas Ros, fue una de las pocas chicas españolas que cantaron temas de los Beatles, concretamente dos, Conocerte mejor y  Lo tendrás amor, que eran versiones respectivas de I Should have known Better y From Me To You. Hizo también algo de flamenco-ye-ye-suave, con su versión de Con la luna lunita luna, llevada a la fama por Conchita Bautista. Y, por supuesto, abordó algunos clásicos del ye yé autóctono: Tu loca juventudChispas y Tarjeta postal, recuerdos de su paso por Benidorm.












Aqui les dejamos con tan sólo 3 de las 20 canciones que publicó. Podrán comprobar que es material digno de ser reeditado, que daría para todo un flamante LP.







María Jesús

   La cantante María Jesús Aguirre estaba vinculada al mundo del teatro, era miembro de  la Compañía de Teatro Español y participó con gran éxito en la versión española del musical Sonrisas y lágrimas,
estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1968. Además nos dejó interesantes grabaciones en varios discos colectivos, como es el codiciado EP
 Cenicienta Pop (Sonoplay, 1966), que narra en clave humorística y moderna el cuento de la Cenicienta, donde parece haber puesto voz a la protagonista, interpretando dos divertidos temas ye yé: el primero, en el que Cenicienta se queja de lo anticuados que son sus contemporáneos, que sólo saben bailar pavanas y no conocen el twist, cantando con insistencia "mi familia no me entiende, nadie nadie me comprende", y otro número interpretado a medias con el gran Eduardo Bohr (que evidentemente hace de príncipe), cuando ambos personajes se encuentran en el baile. En el disco también están acreditadas las voces de Aurora de Andrés y Aurora Hermida, pero todo parece indicar que estas hacían los coros y que María Jesús era la cantante solista.

Aquí tienen enterito el EP Cenicienta Pop:



Mil novecientos sesenta y ocho fue su año. Durante el mismo, además de frecuentar los escenarios teatrales, participó en varios festivales de la canción, comenzando por el mismísimo de Eurovisión, ya que María Jesús fue una de las integrantes del trío femenino que acompañó a Massiel a Londres para hacer los coros de la celebérrima canción La, la, la, escrita por Arcusa & De la Calva (El Dúo Dinámico), que, como todos saben, resultó ganadora en el citado certamen, celebrado en el mes de abril. Para saber más sobre la hazaña de las tres coristas, el llamado "Trío la la la" -María Jesús destaca por ser la más alta de las tres-, y sobre la trayectoria profesional y discográfica de otra de sus componentes, Mercedes Valimaña, merece la pena ver este enlace:



Muy poquito después de su aventura eurovisiva María Jesús volvió a participar en una justa musical, el X Festival de la Canción de Benidorm, celebrado en julio, quedando nada menos que en segundo lugar (el primer puesto fue para Julio Iglesias y Los Gritos con La vida sigue igual). 

El tema que interpretó se llamaba Vamos a cantar, estaba escrito por Tomás de la Huerta y José Luis Navarro, y fue interpretado también por Cristina y sus Stop. Tanto María Jesús como Los Stop grabaron sendas versiones, en ambos casos con arreglos soul-ye-yé, que fueron publicadas en respectivos singles. El de nuestra protagonista fue editado por el sello Fidias y es la única referencia discográfica que conocemos en la que aparece como cantante solista.

Antes de finalizar la década María Jesús volvió a entrar en los estudios de grabación, en esta ocasión para interpretar canciones escritas por Luis Aguilé, pertenecientes a la novela musical Canción de amor, que forman parte de un Lp mismo título editado por Nestlé en 1969, junto con otros temas cantados por el propio Luis Aguilé y la cantante Alexandra. Este disco contiene hasta cuatro temas interpretados por María Jesús, canciones de corte romántico, de lujosa producción, uno de ellos interpretado a dúo con Luis Aguilé; aunque parece haber puesto también la voz a un quinto tema, misteriosamente no acreditado a cantate alguno en el disco, una divertida rumba-pop llamada ¿Dónde están los hombres?

Llegados a este punto perdemos la pista a esta estupenda cantante y actriz. A ver si alguien nos cuenta más cosas.