sábado, 7 de mayo de 2022

Rafael de la Rosa

 

    Las breves incursiones que Rafael de la Rosa llevó a cabo en el campo de los ritmos yeyé nos dan pie a recuperar la trayectoria de este excepcional músico y cantante, que hubiera merecido una atención mucho más detenida de la que se le ha prestado hasta la fecha.

    Justo es reconocer que Rafael estaba lejos de ser un chico ye yé al uso, tanto por su porte de elegante señorito andaluz como por su trayectoria musical. Pues en el momento en que grabó Salero (1966), su más destacada contribución a la moda del flamenco ye yé, atesoraba ya una amplia experiencia tanto en los escenarios como en los estudios de grabación, en la que había hecho patente tanto su decidida personalidad creadora y fino sentido musical, como su afición por fusionar los más variados lenguajes sonoros.

    Oriundo de Málaga, los primeros testimonios relativos a su actividad se remontan a los años 50 del siglo xx, cuando, cantando al frente de la Orquesta Artola, acostumbró a amenizar las veladas del cosmopolita y glamuroso Hotel Miramar de la capital andaluza, que alojó a artistas e intelectuales de la talla de Rita Hayworth o Ernest Heminway.


De la Rosa & Orquesta Artola
ref. Málaga Siglo XX - Recuerdos (facebook)

   
    Sabemos que en 1958, secundado por un trío vocal, colaboró con la orquesta de José Luis Santesteban en la grabación del LP Cha cha cha olé!, una compilación de temas latinos sólo publicada en Francia (por Philips), que incluía temas de otras formaciones españolas y americanas activas en Europa, como Los 4 de Ruff y la Orquesta Ciudad Trujillo.

   

 En 1959 grabó sus primeros discos en solitario: dos EPs publicados por el sello Marbella con las referencias EMGE 70817 Un Jipio / La escalera / Gitano cha cha cha / En lo alto de la Giralda; y EMGE 70903 El gitano cachuco / Noches de Casablanca / Málaga / El bolero más bonito, que salieron con la misma foto de portada, aunque tratada en diferentes colores.



    La contraportada del segundo disco describía con acierto la onda de este cantante: un estilo muy sugestivo, creado por él y que por su sabor cien por cien español contrasta gratamente con los ritmos exóticos que hoy hacen furor y que Rafael de la Rosa interpreta dándoles un aire flamenco. En el cual, añado yo, los trenzados armónicos vocales constituían una característica distintiva fundamental, que iba a perpetuar en posteriores grabaciones.

    El mismo texto avisa de que para entonces Rafael se encontraba actuando en las principales "boites" de Madrid, como Rex, Pasapoga, o Castellana Hilton, a donde había llegado después de realizar exitosas giras por Europa, en las que visitó París, Roma, Ginebra o Lisboa: una actividad internacional que se corresponde con la grabación del LP francés de 1958, ya comentado.

Parece que Rafael no volvió a entrar en el estudio de grabación hasta 1962 de la mano del entonces pujante sello Iberofón, para el que publicó hasta tres EPs en ese mismo año, con las referencias IB 45 1.123 Morena de verde luna / Un jipío / Mambo por soleares / A tu vera; IB 45 1.124 Gitana colombiana / Caminito de la playa / Oro o bronce / Mi gitanita; y IB 45 1.194 Hey baby, Madison / Cuarenta noches / Vuela hacia mi / Guapa guapacha. Discos todos ellos extraordinariamente raros y difíciles de encontrar en la actualidad.



    La portada del primer vinilo le muestra cigarrillo en mano, ataviado con capa española, la pierna izquierda levantada sobre un banco de granito, en lo que a todas luces son los Jardines de la Cuesta de la Vega, ubicados en un lateral de la catedral de la Almudena de Madrid. Toda una declaración de casticismo que se adelantó en más de dos años a la practicada por Los Brincos (que no comenzaron a vestir capas españolas hasta finales de 1964), una vez que el repertorio musical ostentado por Rafael dejaba claro que se trataba de un casticismo de lo más innovador.
 
     Pues, por un lado, abrazaba la entonces triunfante mezcolanza entre el flamenco y los ritmos latinos, patente en los temas Un jipío, Mambo por soleares, Gitana colombiana o Mi gitanita, algunos de los cuales conocieron versiones en las voces de Los Tico Tico, Los Delfines o Esmeralda Mistral. Además, le sobraba desparpajo para, sin despeinar su flequillo, marcarse unos impecables twists, cha cha chás y guapachás cien por cien bailables; e incluso hacer una versión del clásico de Bruce Channel, Hey Baby (I wanna know if you be my girl).

    Dueño de un currículo tan prometedor, Rafael se embarcó en una nueva aventura discográfica en 1964 bajo los auspicios del sello Columbia, grabando otros dos Eps como Rafael de la Rosa y su Conjunto, que iban a ser los más vendidos de su carrera (a causa, sin duda, de su alta calidad), con las referencias SCGE 80700 Los Watussi / Es fantástico / Loddy Lo / Nada nada, y SCGE 80703 Kana Kapila / Sabeline / Pobre niña rica / Hully Gully Boy, que versionaban éxitos de aquel año en clave de twist, surf, rock lento, bossa nova o hully gully.

 

Ambos vinilos incluían máximas cotas juerguistas y bailables: una versión de Kana Kapila, enloquecido tema twist con letra nonsense, inventada a imitación del habla de Hawai, que había sido llevado a la fama por los belgas The Cousins en 1961, que Rafael de la Rosa vertió al castellano (con letra de un tal Pacho), en una versión de presunto ye-yé-hawaiano, que fue grabada en España por otros valientes como el fantástico cantante Jorge Miranda; y una versión de Loddy Lo, que en mi opinión superaba en fuerza, sabiduría musical, marcha y gritos, a las interpretaciones que del tema hicieron en España Los Pekes, Ennio Sangiusto o Los 3 Sudamericanos; y que hasta, si me apuran, mejoraba al tema original, grabado por Chubby Checker en el 63.

Rafa y su Conjunto, 1964

    Aunque la canción que termina de asesinarme es su versión de Nada Nada, una bossa nova escrita por José Chova y J. Martín, que fue objeto de otra excelente versión en el mismo año 1964 por el dulce trío Los Plata, aunque la de Rafael de la Rosa y su conjunto quizá la supere, en su maravillosa instrumentación y sus vuelos corales con dosis de dabadá.  Como no quiero aburrirles, no voy a entrar en los restantes temas que enriquecen ambos Eps, ni en la versión que el primero contiene de Los Watussi: porque está muy bien, pero creo que no llega a la altura de la que también en el 64 grabó el Latin Combo, que con diferencia es mi favorita.

    Y aquí la versión de la bossa nova Nada, nada:   


    En 1966 Rafael volvió a reinventarse reapareciendo al frente de su grupo bajo el nombre de D' Larosa y Sus Voces, que dejaron un único y maravilloso Ep con el ello Sesión, en mi opinión la obra cumbre de toda su producción.


    Tal como anunciaba su nombre, el nuevo grupo de Rafael estaba especializado en las armonías vocales, lo que les emparentaba con otros elegantes conjuntos españoles de voces estrictamente coetáneos, como Los Diástole, Los 4 Ros, Los Grecos o Los Optimistas. En el interior del disco se atrevían con una prodigiosa versión cantada del Tuxedo Junction de Glenn Miller, titulada Soñando, en la que los coros vocales se bastaban para sustituir (magistralmente) a la sección de viento del tema original; una versión del twist de Caterina Valente Precipite Volisime Volmente (1963), titulada Precipitadamente, que  también habían grabado en 1964 Los Plata (los mismos que habían hecho la otra versión de Nada, nada); una cumbia titulada Eva María; y la joya de la corona: un peazo número de flamenco ye yé titulado Salero, que mezclaba airosamente olés con yeyés: de nuevo una fusión musical con raigambre andaluza, semejante a las que Rafael acostumbraba a practicar desde los inicios de su carrera musical. No me voy a entretener en alabanzas, escúchenla y díganme si el invento tiene o no verdadera gracia, originalidad, y eso: Salero. 


    Acreditado en el disco a un compositor llamado Ramírez, el tema fue objeto de una versión posterior realizada por Los 5  Rumberos, con un toque bastante más calé, en un EP para Marfer de 1969 (cuando el yeyé en realidad ya había pasado de moda), que se titula Ole ye ye y aparece acreditada a otro autor, llamado Miguel Giménez. La portada del disco es esta:



    En el mismo año 1966 los D'Larosa y Sus Voces actuaron en directo para el programa televisivo Teleritmo, compartiendo espacio en el montaje final con la inmensa chica soul Mary Gema, Francisco de Miguel y Jacqueline Moore (hermana del actor Roger Moore), quienes en cambio cantaban en playback.  La última actuación de este extraordinario documento visual y sonoro (minuto 22:48), muestra a Rafael de la Rosa dándolo todo en una correcta y original versión del Reach Out I'll Be There de The Four Tops, que en España se intituló Es mejor dejarlo como está: tema nunca publicado en vinilo que da una idea de la versatilidad de este cantante puntero y todoterreno. 


Además el programa incluía otras dos actuaciones en directo del cuarteto que secundaba a Rafael (es decir, "sus voces"), acompañando a dos chicas ye yé diferentes, de identidad desconocida: en la primera (minuto 11:10) hacen una versión del tema de la italiana Maria Doris, Bionda bionda (1965),  es decir, Rubia, rubia, que en España llevó a la fama Lita Torelló; y en la segunda (minuto 16:30) del tema de la también italiana Caterina Caselli, l'Uomo d'oro (1966). Lo que da una idea del puro estilo ye yé de este conjunto, que hacía unos vuelos corales divinos y sumamente originales. 

Me quedo con las ganas de saber quiernes eran esas chicas ye yé, y de saber qué músicos ingegraban el conjunto las Voces de Rafael de la Rosa; pero aún me quedo con más ganas de saber qué fue de este excepcional cantante a partir de 1966, cuando se le pierde todo rastro. Esperando a que aparezcan nuevos datos, recibe un afectuoso saludo, maestro Rafael, eras un artista de los de quitarse el sobrero.  
  

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